Si, tengo miedo al fracaso. Por eso odio los exámenes y temo que la gente me critique.
Lo cierto es que me interesa por sobre la linea de lo normal o esperado. Esa soy yo: la que excede los límites de lo normal. Pocas veces para bien.
... Quizás si estoy sumergida en la superficialidad del adolescente...
Tengo la alucinación de que cuando uno es ignorante de su propia felicidad, puede conservarla mucho más tiempo y en mejor estado.
Aprecio más que nada mi vida interior, mi exquisito mundo privado, aquel que, aunque quisiera, no podría explicar. Es tan ructífero, de tantos colores y tiene tantísimos matices que no se podría entender la dimencion de él.
... Pero es ficción, es pura mentira. Soy una persona muy apegada a los afectos, y necesito de amigos, de familia, de amores, de mascotas.
Antes de conocerlo, era una mujercita gris pero autosuficiente, hermosa e inteligente...
Ojala fuera autista, ojalá viviera sólo adentro de mi mente. Quisiera dormirme para siempre.
Si, se que escucho y entiendo lo que necesito, todo según me convenga. Pero no puedo evitarlo.
De manera extraña, una acción desagradable me llevó a sentirme bien.
Soy yo, entre la neblina, buscando el camino de vuelta a ninguna parte. Ese es el abandono: una casa vacía y yo gritando el nombre de quien me abandonó.
"Vos no vivís la vida, sufrís la vida. Tenés que disfrutar un poco más y no sufrir tanto".
Si yo pudiera vivir en el mundo que he creado en mi cabeza, sería reina y dueña de todos. Porque en mi imaginación, él me ama, me conserva como a un tesoro, no quiere perderme. En mis sueños, me cuida, me hace el amor con ternura, me acaricia hasta que me duermo. En mis sueños. Allí soy hermosa e inteligente, nadie puede ganarme. Omnipotente. En mis sueños lo soy.
Estaba ya entredormida cuando las manos de él me despertaron acariciándome todo el cuerpo. Otra vez. Era la gloria para mi: nunca me había sentido tan bien en diecisiete años, nunca me había quedado a dormir con él. Aquello era la vida ideal, como en algun momento la había soñado, con una excepción: él tenía novia y lo que hoy compartía conmigo era eso, solamente ese instante. O por lo menos ése fue el pensamiento que me hizo ruido en la cabeza todo el día siguiente.
Era el cielo, estaba en el cielo. Era todo lo que había soñado. Era más que cualquier cosa que me hubiera podido imaginar. Era él haciéndome un desayuno, era yo despertando en su cama, durmiendo abrazada a él, entre sus sábanas, en aquella misma cama donde había entregado mi virginidad, donde había dejado de ser una nena. Allí ahora yacía una mujer que se sentía amada. Allí estaba yo, reina del universo.
Necesitaba verlo nuevamente, pero como una droga: por el momento estaba satisfecha, no quería pedir más, no quería tener una sobredosis. Eso es él: una Droga. Necesito, me da. Necesito, no está. ¿Que hago? Necesito. ¿Y que más? Necesito. Necesito. Abstinencia: crisis de llanto, electricidad, me muero. Y cuando estoy casi dentro del ataúd, él vuelve y me da. Y me calmo y vuelvo a respirar y vuelvo a vivir.
Me da lo que necesito: un llamado, un mensaje de texto, unas palabras sin sentido o una patada en los testículos, en caso de que tuviera un par. ¿Lo que necesito? Me da lo que quiere darme, sabiendo que voy a aceptar cualquier limosna que venga del rey que le hice creer que es. Y entonces desaparece, y lo necesito y no está, y no vuelve. Necesito y la abstinencia de nuevo y la electricidad y me muero.
Me sorprendo queriendo hacer cosas, queriendo estar bien. Cuando está soy habitante de un pueblo fantasma, me siento rodeada de un paisaje turbio y seducida por las vías de un tren que me invitan a dormir sobre ellas.
¿Importa conocer cual es el límite?
Era más bien un vegetal sincronizado con un horario escolar, que reia más de lo que se le pedía sólo por no preocupar a terceros. Era una maldita planta, un mentiroso y sucio vegetal.
Mi vida es una balada para un ciego, porque hay que ser ciego para no darse cuenta de que me estoy haciendo mucho mal.
amo a mi koso :D
adió'.